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ACTITUDES FRENTE A LA VIDA
¿Cómo me relaciono frente a la vida?
Marcel
Kierkegaard
Seneca
Nietzsche
Un tema para la reflexión ¿CÓMO DEBERÍA RELACIONARME CON LA VIDA?
Amo mi teléfono celular, mi televisor, mi GPS
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Es demasiada bulla para mí. Prefiero estar a solas tranquilo conmigo mismo o con un amigo .
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¿Y qué te parecen las nuevas películas de Hollywood' ¿Los nuevos video-juegos? ¿Facebook?
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No los necesito. Son distracciones superficiales, basura de moda.
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Quieres que todo sea profundo y con sentido.
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¿Y tú?
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Simplemente me gusta la diversión. Si puedo hacer sonreir a otra persona ¡qué más puedo pedir!
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A mí también me interesa la gente.
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Sí, pero de una manera diferente. Quieres tener "conversaciones profundas" con ellos. me gusta pasar un buen rato con la gente, hacer cosas juntos.
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En resumen, tú y yo enfrentamos a la vida de manera diferente.
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Yo estoy parado acá en la tierra, rodeado de todo lo que está a mi alrededor. Tú, por el contrario, miras hacia arriba al cielo lejano sobre nosotros.
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En otras palabras, tenemos dos actitudes muy diferentes frente a la vida.
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¿Cuántas actitudes existen?
GABRIEL MARCEL
Observando la vida versus ser un testigo de la vida
Gabriel Marcel (1889-1973) fue un filósofo existencialista francés, dramaturgo, pianista y crítico musical, que escribió sobre la condición humana en el mundo moderno. Estudió filosofía, con Henri Bergson y otros en la Universidad de París y la Sorbona. Creció como ateo, pero se convirtió al catolicismo a la edad de 40 años, y sus escritos tienen una orientación vagamente espiritual. Aunque se lo considera un existencialista, su filosofía es muy diferente de la de Sartre, a quien a menudo criticaba. A diferencia del mundo vacío y solitario de Sartre, el mundo de Marcel ofrece la posibilidad de un verdadero estar juntos, de esperanza y significado. Sus escritos filosóficos no son fáciles de leer; generalmente son como temas musicales que se desarrollan de maneras complejas, en lugar de una teoría lineal.
El siguiente texto es una adaptación del ensayo de Marcel "Testimonio y Existencialismo” (1946), que apareció en inglés en su libro corto “La Filosofía del Existencialismo”. Marcel distingue aquí entre dos actitudes diferentes a la vida: la observación y el testimonio. Como observador, miro la vida desde el exterior, como hechos objetivos que observo y manipulo, sin involucrarme ni comprometerme personalmente, sin entregarme a nada. En contraste, como testigo considero que la vida me llama a responder de una manera personal, creativa y comprometida. Marcel llama a esta actitud "testimonio" porque es lo que hago en la corte cuando decido testificar verazmente sobre algo que vi, incluso si esto me pone en peligro, incluso si la corte es corrupta. De manera similar, soy un testigo cuando libremente me comprometo con cierto valor a pesar de todas las dificultades y peligros, cuando soy un testigo fiel de una "luz" que me conmueve. En este sentido, la vida para mí es un "regalo" que estoy llamado a aceptar libre, fiel, personalmente y creativamente.
Traducido de la versión en inglés de Agora por Tere García Ruiz.
Primero examinaré la distinción entre testimonio y observación. ¿Qué es una observación? Observo algo que está fuera de mí y que noto. No puedo dejar de notarlo, me veo obligado a darme cuenta. Al mismo tiempo, mi observación no cambia lo que he observado. Además, el "yo" que lo observa es muy impersonal: cualquier persona en mi lugar podría haber hecho la misma observación igualmente bien.
[...]
Pasemos ahora al testimonio. Nunca es, y nunca puede ser ALGUIEN quien lo porta. Es siempre y necesariamente "yo" - y si no es un yo mismo, es alguien más que es otro "yo". Siempre es un yo individual, con su identidad individual [...] Puedo testificar [en la corte] que John Smith estuvo en la esquina de Regent Street ayer a las 4 pm, que estuvo con la cabeza descubierta, que su expresión estaba cansada, etc. Dije que PUEDO testificar - esto significa que "estoy en posición de ...". También puede significar que "estoy en lo correcto”. Y en ciertas situaciones tengo que decir que DEBO dar testimonio.
[...]
Esto nos lleva a la distinción entre el observador y el testigo, y una pequeña reflexión nos mostrará que se trata de una distinción entre dos actitudes metafísicas opuestas.
[...]
Nos ha pasado a todos decir acerca de alguna vida devota, que tal vida es un testimonio. Ahora, claramente, el valor de tal testimonio está conectado con alguna forma de fidelidad que está encarnado en ese tipo de vida. Puede ser la lealtad de un niño a sus padres, de un sirviente a su empleador, o puede ser la consagración a una causa hasta el final. La noción de lealtad puede degradarse a una sumisión pasiva, a un hábito sin sentido; claramente, esto no tiene valor. Es valioso cuando seguimos fielmente, a través de la oscuridad, una luz que nos ha guiado y que ya no es visible para nosotros directamente. De hecho, se puede decir que el testimonio es posible porque hay una oscuridad, un eclipse.
[...]
Ahora estamos en posición de ver que el testimonio se basa en la fidelidad a la luz. Al usar este término, quiero excluir su connotación religiosa y tratarla simplemente como un regalo. El punto es que el testimonio es sobre algo que se ha recibido.
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Recibir en este sentido es un acto, y es incluso un arte, como un anfitrión que saca la mejor parte de su invitado, y crea una comunicación e intercambio sinceros. Esto es lo que debemos tener en cuenta cuando analizamos el término "regalo". Dar es darle a alguien. Solo un alguien puede darle a otro alguien, y esto implica alguna forma de auto-regalo. Incluso si doy algo, si realmente lo doy, debe ser algo de mí mismo.
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El regalo, para la persona que lo recibe, no es solo una cosa más añadida a su posesión: existe en otra dimensión, la dimensión del testimonio, ya que es un indicador de amistad o de amor. Pero existe en esta dimensión solo si se reconoce como existente de esta manera. En este sentido, es como una apelación que exige una cierta respuesta. Piensa en un niño pequeño que te trae tres flores desordenadas que ha elegido al borde de la carretera. Él espera que los admires. Él espera de ti un reconocimiento del valor del regalo. Y si pierdes las flores, o las bajas descuidadamente, o no interrumpes tu conversación para expresar tu deleite, eres culpable de un pecado contra el amor.
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¿No hay acaso personas ingratas incapaces de responder a la vida, así como hay otras personas incapaces de confiar y que, por lo tanto, son incapaces de reconocer que la vida es un regalo y que todas las cosas les han sido dadas?
FRIEDRICH NIETZSCHE
El solitario creativo y apasionado
Friedrich Nietzsche (1844-1900) fue un filósofo alemán y uno de los pensadores contemporáneos más influyentes. Estudió teología y filología clásica en la Universidad de Berlín, pero aparentemente perdió la fe y continuó con la filología. A los 24 años se convirtió en profesor de filología en la Universidad de Basilea (aunque todavía no había escrito su tesis doctoral). Se retiró brevemente para servir como asistente médico en el ejército prusiano, regresó para continuar enseñando, y fue influenciado durante varios años por el compositor Wagner. Su salud empezó a empeorar y a los 34 años se jubiló con una modesta pensión. Esto le permitió escribir productivamente y moverse de un lugar a otro. En 1899, en Turín, Italia, se desmayó y sufrió un colapso mental y físico. Durante el resto de su vida permaneció bajo el cuidado de su madre y su hermana.
La visión de Nietzsche de cómo relacionarse con la vida se expresa mejor en su idea del "sobrehombre". El superhombre es una persona que supera a su pequeño yo, rechaza la autoridad y la mentalidad de grupo, y que vive plena, apasionada y libremente a la luz de los valores creados por él mismo. Los siguientes tres pasajes expresan diferentes aspectos del "sobrehombre" de Nietzsche.
El primer pasaje, "La voluntad y la ola" de La gaya ciencia (un libro en el que todavía no aparece el término de "superhombre"), utiliza la imagen de las olas como metáfora de una vida apasionada impulsada por el poder de la voluntad.El segundo pasaje, "Excelsior", del mismo libro, describe el desafío de vivir como un individuo libre que rechaza la autoridad, especialmente las promesas de verdad, paz y felicidad de la religión.El tercer pasaje, "Sobre los famosos sabios" de Así habló Zaratustra, aplica la misma visión a los intelectuales. Aquí Nietzsche se ríe de "los sabios", intelectuales académicos que siguen las ideas aceptadas. Los contrasta con personas que tienen una pasión intelectual y el valor de crear sus propias ideas.
LA VOLUNTAD Y LA OLA (de La gaya ciencia, 310) ¡Con qué desesperación avanza esa ola, como si tratara de alcanzar algo! ¡Con qué inquietante ímpetu penetra en las grietas más profundas del acantilado rocoso! Pareciera que quisiera adelantarse a alguien. Pareciera que hubiese allí algo escondido, algo valioso, de gran valor.
Y ahora la ola regresa, algo más despacio, todavía bastante blanca de emoción - ¿está decepcionada? (…) Pero ya se acerca otra ola, aún más ávida y más salvaje que la primera, y también su alma parece estar llena de misterios y llena de ansias de tesoros ocultos. Así es como viven las olas. Así es como vivimos nosotros, los que tenemos voluntad. No diré nada más.
[…]
¡Levanten sus peligrosos cuerpos verdes tan alto como puedan! ¡Hagan un muro entre mí y el sol, como ahora! De hecho, ya no queda nada del mundo excepto el crepúsculo verde y los destellos verdes de los relámpagos. Continúen como quieran, fogosos, rujan con deleite o malicia, o vuelvan a sumergirse, viertan sus esmeraldas en las profundidades más profundas y esparzan sobre ellos su interminable espuma blanca. (…) Porque, ¡escuchen bien: - Los conozco a ustedes y a sus secretos. Conozco a los de su clase! Ustedes y yo, somos de UNA misma clase, ¿no? - Ustedes y yo, tenemos UN mismo secreto ¿no?
EXCELSIOR (de La gaya ciencia, 285)
¡Excelsior! Nunca volverás a orar, nunca volverás a adorar, nunca más descansarás en la confianza infinita. No te permites detenerte ante una sabiduría última, una bondad suprema, un poder supremo, y desatas tus pensamientos. No tienes un amigo y protector permanente para tus siete soledades [...] Ya no hay razón alguna en aquello que sucede, ni hay amor en lo que te sucederá. Ya no hay ningún lugar de descanso abierto a tu corazón, donde podría simplemente encontrar y ya no buscar. Te resistes a alguna paz perpetua, quieres el eterno retorno de la guerra y la paz.
Hombre de renuncia, ¿quieres abjurar de todo esto? ¿Quién te dará la fuerza necesaria para ello? Todavía nadie ha tenido esa fuerza.
DE LOS FAMOSOS SABIOS (de Así Habló Zaratustra)
Llamo “veraz” a aquel que va a los desiertos despejados de dioses, y que ha destrozado su corazón devoto. En las arenas amarillas, quemadas por el sol, seguramente echa una mirada sedienta a los islotes ricos en fuentes de agua, donde los seres vivos descansan bajo árboles oscuros. Pero su sed no lo convence de ser como ellos que viven cómodamente, porque allí donde hay oasis también hay ídolos.
Hambriento, violento, solitario, impío, así es como la voluntad del león se quiere a sí misma. Libre de la felicidad de los siervos, liberado de dioses y adoraciones, valiente, terrible, grande y solitario - tal es la voluntad del que es veraz.
[…]
Ustedes no son águilas: Por lo tanto tampoco han experimentado la felicidad en el terror del espíritu. Y quien no es ave no debería construir su nido sobre el abismo.
Ustedes me resultan tibios: pero todo conocimiento profundo fluye frío. Helados son los pozos más profundos del espíritu: refrescantes para las manos calientes y para los hombres de acción. ¡Honorables y rígidos están allí de pie, con la espalda recta, ustedes los famosos sabios! Ningún viento fuerte, ni voluntad los mueve.
¿Nunca han visto una vela pasar por el mar, redondeada e inflada y temblando ante el ímpetu del viento? Al igual la vela, temblando ante el ímpetu del espíritu, mi sabiduría se extiende sobre el mar, mi sabiduría salvaje.
Pero ustedes, sirvientes del pueblo, ustedes los famosos sabios, ¿cómo podrían caminar conmigo?
Así habló Zaratustra.
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