Linda ama a su hijo Gabriel. Gabriel ama a toda la humanidad, pero en especial a la chica de al frente. La chica de al frente ama a su perro Nerón, y también ama a su padre. Su padre solo se ama a sí mismo. Aunque en realidad, su padre también ama al nuevo presidente del país. Y también las galletas de chocolate.

- ¡Cuántos tipos de amor! ¿Por qué llevan el mismo nombre: "amor"?" ¿Son acaso todas formas de una misma cosa? ¿Tiene la misma esencia?

- ¿Estás diciendo que el amor tiene una esencia?

- Quiero decir, ¿acaso todos los amores son el mismo sentimiento?
 
- ¿Pero el amor es un sentimiento?

- Bueno, ¿son acaso el mismo tipo de energía?
 
- ¿Pero el amor es energía?
 
- ¿Qué otra cosa podría ser el amor? ¿Un anhelo? ¿Una necesidad? ¿Tal vez una actitud, o un ímpetu,o un sufrimiento del corazón, o quién sabe qué? 

Amo al mundo a través de tí

Erich Fromm (1900-1980) fue un psicólogo, psiquiatra y filósofo judío nacido en Alemania. Hizo un doctorado en sociología y después estudió y practicó la psiquiatría. Luego del ascenso de los Nazis, dejó su país natal para ejercer y enseñar, a lo largo de su vida, en Nueva York, Vermont, la Ciudad de México, Michigan y Suiza. Por varios años fue asociado con los psicólogos neo-freudianos, pero después desarrolló su propio enfoque humanista para la psicología y la filosofía. Fromm publicó muchos libros en los que trata cuestiones básicas del individuo y la sociedad.

El Arte de amar (1956) es uno de los libros más populares de Erich Fromm. En él distingue entre formas distorsionadas del amor y el verdadero amor, el cual, afirma, es raro en nuestra sociedad contemporánea. En el verdadero amor damos respuesta a nuestro aislamiento fundamental, trascendemos nuestras fronteras y conectamos con el mundo y la vida. Esto es muy diferente del falso amor, que se centra en uno mismo –en las necesidades e intereses personales. Puesto que el amor es una actitud activa, es un arte que puede ser aprendido y cultivado.

Traducido de la versión en inglés de Agora por Jesús Roberto Gutierrez Carmelu

(Del capítulo 2, sección 1)

El amor es un poder activo en la persona. Un poder que rompe las paredes que lo separan de sus semejantes, que le une con los demás. El amor le hace superar la sensación de aislamiento y separación, y le permite, a pesar de todo, ser él mismo, mantener su integridad. En el amor se produce la paradoja de que dos personas se convierten en uno, aunque siguen siendo dos.

[…]

Envidia, celos, ambición, todo tipo de codicia son pasiones. El amor es una acción, la práctica de un poder humano que sólo puede realizarse en libertad y nunca como resultado de una imposición. El amor es una actividad, no un efecto pasivo. Es un "permanecer en" no es un "caer en". De la manera más general, el carácter activo del amor puede describirse diciendo que el amor principalmente es dar, no recibir.

[…]
¿Qué es dar? Aunque la respuesta a esta pregunta pareciera ser simple, en realidad está llena de ambigüedades y confusiones. El malentendido más común asume que dar es "renunciar" a algo, privarse, sacrificarse.

[…]

Dar es la más alta expresión de potencia. En el acto de dar experimento mi fuerza, mi riqueza, mi poder. La experiencia de una mayor vitalidad y potencia me llena de alegría. Me experimento a mí mismo como desbordante, rico, vivo y, por lo tanto, dichoso. Hay más alegría en dar que en recibir -no porque sea una privación, sino porque en el acto de dar está la expresión de mi vitalidad.

¿Qué le da una persona a otra? Da de sí misma, de lo más precioso que tiene, le da su vida. Esto no necesariamente significa que se sacrifica por el otro -pero sí que le da de lo que está vivo en él. Le da de su alegría, de su interés, de su comprensión, de su conocimiento, de su humor, de su tristeza -de todas las expresiones y manifestaciones de lo que está vivo en él. En esta entrega de su vida enriquece a la otra persona, mejora la sensación de vitalidad que tiene el otro y mejora la suya. No da para recibir. Dar es en sí mismo un placer exquisito. Pero en el dar, necesariamente se da algo a la vida en la otra persona, y eso que nace en el otro se refleja en él. Cuando realmente da, no puede dejar de recibir lo que se le da de vuelta. Dar significa hacer también a la otra persona un dador, y ambos compartir la alegría de lo que han traído a la vida. En el acto de dar algo nace, y los dos involucrados están agradecidos por la vida que nace para ambos. Con respecto al amor, eso significa que: el amor es un poder que produce amor. La impotencia es la incapacidad de producir amor.

(Del capítulo 2, sección 3)
El amor no es esencialmente una relación con una persona específica. Es una actitud, una orientación del carácter que determina la relación de una persona con el mundo como un todo, no hacia un "objeto" de amor. Si una persona ama sólo a otra persona y es indiferente al resto de sus semejantes, su amor no es amor sino una fijación simbiótica o un egotismo ampliado. [...] Si realmente amo a una persona, amo a todas las personas, amo al mundo, amo la vida. Si puedo decirle a alguien "te amo", debo ser capaz de decir "amo a todos en ti, a través de ti amo al mundo, en ti me amo también a mí mismo.”

Amarte significa querer que existas

Simone Weil (1909-1943) fue una filósofa espiritual francesa de origen judío, y también fue una activista política con inclinaciones comunistas y anarquistas. Estudió filosofía en la École Normale Supérieure de París, y enseñó filosofía en una escuela secundaria. Se tomó un año libre para trabajar como obrera en una fábrica para conectarse con la clase obrera. Posteriormente participó en la Guerra Civil Española contra los fascistas, hasta que fue quemada en un accidente de cocina y abandonó España. Durante su recuperación en Asís, Italia, tuvo experiencias espirituales y se sintió atraída por el misticismo y el cristianismo, aunque nunca se convirtió y continuó valorando otras tradiciones espirituales. Durante la Segunda Guerra Mundial, mientras trabajaba para la resistencia francesa en Inglaterra, no quiso comer más de lo que los franceses podían comer bajo la ocupación alemana. Debilitada, contrajo tuberculosis y murió a los 34 años de edad a causa de un paro cardíaco.

La gravedad y la gracia (1940-1942) es probablemente el libro más popular de Simone Weil. Es una colección de pasajes, seleccionados de sus cuadernos por su amigo católico Gustave Thibon. Esta colección filosófico-espiritual enfatiza la abnegación, la purificación, el sufrimiento, la bondad y la belleza. Los siguientes pasajes son una adaptación del capítulo "Amor". En este capítulo explica que el amor puro no quiere poseer, no quiere obtener satisfacción, exigir o influenciar. Sólo aprecia el hecho de que el amado está allí - o, en el lenguaje de Weil, sólo quiere que el amado exista. El amor te hace plenamente consciente de la existencia de tu amado. En este sentido, amar a otra persona es como amar una obra de arte.

(Del capítulo "Amor")

Entre los seres humanos, sólo se reconoce plenamente la existencia de aquellos a los que amamos.

El amor es la creencia en la existencia de otros seres humanos en tanto tales.

La mente no está obligada a creer en la existencia de nada. Por eso el único órgano de contacto con la existencia es la aceptación, el amor. Por eso la belleza y la realidad son idénticas. Es por eso que la alegría y el sentido de la realidad son idénticos.

[…]

El amor necesita la realidad. Qué más terrible que el descubrimiento de que, a través de una apariencia corporal, hemos estado amando a una persona imaginaria. Esto es mucho más terrible que la muerte, porque la muerte no impide que el amado haya vivido.

Ese es el castigo por alimentar el amor en base a la imaginación.

Es un acto de cobardía buscar de la gente que amamos (o desear darles) un consuelo diferente al que nos dan las obras de arte. Las obras de arte nos ayudan sólo por el hecho de que existen. Amar y ser amado hace que esta existencia sea más concreta, más constantemente presente en la mente. Pero esta existencia debería estar presente como la fuente de nuestros pensamientos, no como el objeto de nuestros pensamientos. Si hay alguna razón para querer ser comprendidos, no es por nosotros mismos, sino por el bien de la otra persona, para que nuestros pensamientos puedan existir para ella.

Todo lo que en nosotros es bajo o insignificante se rebela contra la pureza y las necesidades, porque quiere salvar su propia vida, corromper esta pureza.

Corromper es modificar, es tocar. Lo bello es lo que no podemos desear cambiar. Asumir el poder sobre algo es corromperlo. Poseer es corromper.

Amar puramente es aceptar la distancia, es adorar la distancia entre nosotros y lo que amamos.

[…]

Este es el precio del amor casto. Todo deseo de disfrute pertenece al futuro y al mundo de la ilusión, mientras que si sólo deseamos que alguien exista, este alguien existe: ¿qué más hay que desear? La persona amada entonces está desnuda y es real, no está escondida por un futuro imaginario. El mezquino nunca mira su tesoro sin imaginárselo n veces más grande. Es necesario estar muerto para ver las cosas en su desnudez.

Así, en el amor hay castidad o falta de castidad, dependiendo de si el deseo está o no está dirigido hacia el futuro.

En este sentido, el amor que dedicamos a una persona muerta es perfectamente puro (suponiendo que no dirigimos este amor hacia una pseudoinmortalidad futura). Porque es un deseo de una vida que ha terminado, que ya no puede dar nada nuevo. Deseamos que la persona muerta hubiese existido, y ella ha existido.

El Amor es amor por lo Absoluto

Platón (alrededor de 428-348 a. C) fue uno de los principales filósofos del pensamiento occidental. Creció en Atenas y fue alumno de Sócrates. Fundó la academia griega, que continuó funcionando hasta el siglo VI d. C (cuando el emperador romano la cerró). Entre sus alumnos estaba Aristóteles. Más adelante en su vida, Platón intentó aplicar sus ideas filosóficas al reino de Siracusa, con poco éxito. La mayoría de los libros de Platón sobrevivieron hasta nuestros días, a diferencia de muchos escritos del mundo antiguo. A menudo los escribió en forma de diálogo, generalmente poniendo sus ideas en boca de Sócrates.

El siguiente pasaje está ligeramente adaptado del texto de Platón El Simposio, que trata de la naturaleza del amor. Platón describe aquí una fiesta de tragos, en la que cada hombre tiene que dar un discurso de alabanza a Eros (amor). Sócrates es uno de los participantes, y él también da un discurso. Las ideas son obviamente las ideas de Platón, y el nombre de Sócrates se usa solo como un recurso literario.

En su discurso, "Sócrates" explica que la esencia del amor es anhelar la belleza perfecta y eterna. Por el contrario, las formas populares de amor - amor a hombres o a mujeres, por el oro, etc. - son niveles más bajos de amor, dirigidos a formas inferiores de belleza. En el siguiente pasaje, Sócrates nos cuenta lo que aprendió de la sabia Diótima acerca del viaje a esta forma superior de amor.

Traducido de la versión en inglés de Agora por Tere García Ruiz

Una persona que quiere progresar en este camino del amor desde temprana edad debe comenzar a dedicarse a la belleza del cuerpo. Para empezar, si su instructor lo instruye adecuadamente, se enamorará de la belleza de un cuerpo individual, y su pasión dará a luz pensamientos nobles.

A continuación, se dará cuenta de que la belleza de un cuerpo está estrechamente relacionada con la belleza de cualquier otro cuerpo, y comprenderá que si quiere dedicarse a la búsqueda de la belleza corporal, sería absurdo negar que la belleza de cada cuerpo es la misma belleza. Y cuando perciba esto, silenciará su amor apasionado hacia un cuerpo, que ahora considerará que tiene poca importancia, y se convertirá en un amante de todo cuerpo encantador.

En la próxima etapa, se dará cuenta de que la belleza del alma es mucho más alta que la belleza del cuerpo. Y así, si conoce a alguien con un alma adorable, incluso en un cuerpo desagradable, se contentará con enamorarse de él y admirarlo, y estará motivado para encontrar y expresar pensamientos que puedan construir en él un carácter noble.

Y esto lo llevará a la belleza de las instituciones y las leyes. Y cuando entienda que la belleza de todo ello es de la misma familia, concluirá que la belleza del cuerpo no es muy importante.

Y luego, su atención tornará de las leyes y las instituciones a las ciencias, de modo que verá su belleza. Ya no estará enamorado de la belleza de una persona o de una cosa, como un esclavo de mente estrecha, sino que se volverá hacia el vasto mar de la belleza. En esta contemplación, dará a luz a muchos bellos y nobles pensamientos en un amor ilimitado a la sabiduría, hasta que, habiéndose fortalecido, tenga la revelación de una forma única de conocimiento, que es el conocimiento de la belleza en todas partes.

Ahora continuaré -dijo ella-. Presta toda tu atención.

Una persona que ha sido instruida hasta ahora en el tema del amor y que ha aprendido a ver las etapas de la belleza en el orden correcto, de repente percibirá una belleza maravillosa. Esto es, Sócrates, el objetivo final de todos nuestros esfuerzos. Es un tipo de belleza que, antes que nada, es eterno, no crece y decrece, no viene y desaparece. En segundo lugar, no es bonita desde una perspectiva y fea desde otra, o bonita en un momento o en un lugar y fea en otro momento o lugar. [...] Esta belleza es absoluta, separada, completa y eterna, sin aumento ni disminución, y sin cambio. Es la fuente de la belleza de todas las cosas bellas.

Una persona que ha subido por estos pasos, bajo la influencia del amor verdadero [...] llega a la comprensión de la belleza absoluta, y finalmente sabe cuál es la esencia de la belleza. Esto, mi querido Sócrates -dijo la extranjera de Mantinea-, es la forma de vida más elevada que una persona puede llegar a vivir, en la contemplación de la belleza absoluta. Si vieses esta belleza aunque fuese una sola vez, ya no te interesaría más ningún oro ni ropa alguna, ni los muchachos y jóvenes hermosos, aquellos que ahora te fascinan tanto.